viernes, 7 de febrero de 2014

Estudiar en España es llorar: ¿tendré la culpa por bajar el nivel? ¿Qué es eso del nivel?


ROBERTO L. BLANCO VALDÉS
05 de febrero de 2014  05:00

Circula por España un convencimiento tan amplio socialmente que ha adquirido ya la naturaleza de un prejuicio popular: que los males de nuestra educación, universitaria y no universitaria, tienen que ver con el bajo nivel de exigencia que el sistema plantea a los alumnos.

Tras haber vivido, como padre, la experiencia de mis hijas en primaria y secundaria y la de los de familiares y amigos; y, como profesor universitario, la de los miles de estudiantes que han pasado por mis manos y las de mis colegas en los centros en que he impartido docencia a lo largo de tres décadas, creo que ese diagnóstico está errado de raíz, pues es el inverso del que enseña un análisis certero del asunto. Me explicaré.

Como indican los informes internacionales en la materia, el gran problema de nuestra educación nace menos de las diferencias entre quienes finalizan sus estudios que del inmenso porcentaje de fracaso escolar: de alumnos que abandonan en la enseñanza no universitaria o repiten, una y otra vez, en la universitaria. Un porcentaje que tiene que ver con la existencia de unos niveles de exigencia que, por ser descabellados, solo logran superar, sin un sufrimiento inmenso, los mejores estudiantes, siempre un pequeño porcentaje del total, como ocurre en todas partes.

Pondré un ejemplo. Es posible que un estudiante excelente pueda leer La Celestina con 15 o 16 años, pero hacer de ese libro (por lo demás maravilloso, para un adulto con cultura) una obra de lectura obligatoria a tal edad es una majadería formidable. Y una forma, por supuesto, de provocar en los estudiantes un odio cerval a los libros y al hecho mismo de leer.

¿Qué ocurre cuando los niveles de exigencia educativa son exageradamente altos? Es sencillo: que actúan como un elemento disuasorio para una mayoría de los alumnos que, convencidos de no poder saltar un muro de una altura infranqueable, optan por dejarlo. De ahí, y no de otro lugar, nace el problema en gran medida: antes de la Universidad y en la Universidad.

Por eso, una de las más llamativas ocurrencias del ministro José Ignacio Wert -la recuperación de las reválidas- demuestra que nuestras autoridades educativas siguen pensando, como tanta gente en el mundo de la enseñanza, que para subir el nivel es necesario convertir los estudios en un verdadero viacrucis. Craso error: de lo que se trata es de que un alumno puede acabar el bachillerato sin haber tenido que hacer el esfuerzo de un universitario y que los universitarios pueden licenciarse sin vivir como un opositor de notarías. Así ocurre en los países a los que nos gustaría parecernos: que a los estudiantes de todos los niveles les va mejor y sufren menos.

Decía don Santiago Ramón y Cajal que investigar en España era llorar. Notable victoria: al fin hemos conseguido que estudiar también lo sea.

6 comentarios:

  1. ¡Qué razón tiene el párrafo de los libros obligatorios en la escuela!
    Es cierto que todo el mundo debería de haber leído a lo largo de su vida libros básicos como puede ser la Celestina, la Odisea, la Iliada... pero obligar a un alumno de 15 años a hacerlo es perder el tiempo. Claro esta que hay excepciones pero la mayoría de los alumnos cuando tienen que leer este tipo de libros, que no les llaman la atención, deciden copiar y leer mil resúmenes sacados de Internet.
    Ésta clarisimo que se ha conseguido que estudiar sea llorar.

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  2. Desde mi punto de vista, claro queu los maestros deberían mandar leer a los alumnos algunos libros básicos pero siempre teniendo en cuenta quien va a leer ese libro. No todos los libros van dirigidos para personas de todas las edades y no todos lo comprendan del mismo modo. El ejemplo de la Celestina muestra perfectamente lo que opino. No todas las personas podrían comprender ese libro y por ejemplo para niños de 15 o 16 años, leer ese libro es tiempo perdido, ya que apenas lo comprenderían y les parecería un aburrimiento.

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  3. Comparto opinión con los comentarios de mis compañeras.
    Pienso que todos deberíamos leer a lo largo de nuestra vida clásicos como puede ser la Celestina, aunque desde mi punto de vista es algo que cada persona debe hacer en un momento concreto. Hay tiempo para todo, y cada libro puede despertar nuestro interés en diferentes etapas.
    Por eso,veo una pérdida de tiempo que los profesores obliguen a sus alumnos a leerlos en un determinado momento, cuando saben perfectamente que es poco probable que sientan interés hacia ellos y que serán pocos los que realmente leerán el libro de la manera adecuada.

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  4. La ley de Wert en resumen es un método nazi contra los estudiantes, aquí sólo pueden estudiar, los altos, listos, guapos y con dinero...(es un decir)

    Cuanto mas complicado y menos motivados estén los alumnos mas optaran por abandonar los estudios, hartos de todo...
    Como dice el artículo un mero método disuasorio y en mi opinión discriminatorio si lo pensamos un poco mas detenidamente

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  5. Estoy de acuerdo con mis compañeras en cuanto a las lecturas obligatorias de ciertos clásicos en las escuelas, pero lo que más me llama la atención del texto es la parte en la que dice que los alumnos de bachiller deberían poder sacarse el titulo sin hacer los esfuerzos de un universitario y un universitario sin trabajar como un opositor, el problema de esto creo que son los exámenes globales finales, cualquier curso se hace ameno si te gusta y te motivan a estudiar, pero los exámenes finales son agotadores, incluso en bachiller peor que en algunos grados, lo que se debería cambiar principalmente es la manera de evaluar.

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  6. Estoy muy de acuerdo con el texto, sobretodo con el tema de las lecturas obligatorias, que la mayoría de ellas, por muy importantes que sean, carecen totalemente de interés para los adolescentes, no van acordes con la edad. Esto hace que, como dice el texto, se pierda el interés y esa satisfacción que produce la lectura, y esto no sólo ocurre con la lectura sino con todos lo relaccionado con el estudio y la educación.¡¡ Los estudiantes necesitamos cosas que les motiven a construir su conocimiento!!

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